Quiero llorar, pero las niñas grandes no lloran, ¿verdad abuelo?
Aunque claro, ya no estás aquí ni para recordármelo ni para hacerme sonreír así que creo que es hora de llenar mi habitación de lágrimas.
Que aguantar tanto es malo... e incluso yo necesito desahogarme de vez en cuando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario